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domingo, 9 de marzo de 2014

DESLINDES ENTRE SEVILLA Y NIEBLA

Ya sabemos lo difícil que es llegar a un acuerdo en la cuestión de los linderos, pero, lamentablemente, eso no es una cuestión actual, porque antes también ha ocurrido. Si esto pasa actualmente, cuando hay medios tecnológicos, cada vez mas avanzados para efectuar estos menesteres, que no sería en otras épocas, en las que hemos leído que para medir la distancia entre Gibraleón y Ayamonte, tardaron varios meses, ya que los hacían con grandes cuerdas.
Por eso al ver un relato de cómo se hizo el deslinde entre Sevilla y Niebla, no me ha causado sorpresa lo que se hizo para efectuar esa tarea.
El 25 de febrero del año 1400, se reunieron en Santa Maria de las Rocinas, los representantes de ambas partes y antes de iniciar las mediciones, se acusaron unos a otros de haber corrido los mojones , aunque como es lógico, los  acusados lo negaban.
Cuando se serenaron un poco los ánimos, emprendieron un recorrido para iniciar la señalización de los linderos, pero fue entonces, cuando a Diego Sánchez, alcalde de Almonte, le dijeron de todo menos bonito, porque le atribuían de haber movido los mojones de La Cañada.
Como perdieron mucho tiempo en discutir y en acusarse mutuamente, hubo que continuar los trabajos al día siguiente, encargándose de ellos Joan Martínez Monreal, por parte de Sevilla y Lope Suares, que era el partidor correspondiente a Niebla.
Aún existían dudas, por lo que fueron necesarios varios testigos, que fueron aportando sus manifestaciones, como Alfonso Pérez de Escacena, que dijo que hacía 50 años vino al lugar con un caballero de Sevilla, cuyo nombre no recordaba.
Por fin, el 27 de febrero llegaron a la Torre de Doña Mayor, en Villalba, donde hicieron el correspondiente documento de deslinde, en presencia, entre otros de Don Juan, el Conde de Niebla.

                                     Ángel Custodio Rebollo

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